La Reina de los Monstruos

Te dispones a abrir tu red social predilecta, como todos los días. Sorpresa, te encuentras con una nueva solicitud de amistad. Es alguien que no conoces. Estudias el perfil de esta persona…fundamentalmente sus imágenes.Por lo que se ve se trata de alguien extremadamente atractivo/a, alguien fuera de lo común. Seguramente algo de ti le atrajo, por lo cual decides aceptar su solicitud de amistad. ¿Cómo no hacerlo?

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La Reina de los Monstruos

Te dispones a abrir tu red social predilecta, como todos los días. Sorpresa, te encuentras con una nueva solicitud de amistad. Es alguien que no conoces. Estudias el perfil de esta persona…fundamentalmente sus imágenes.Por lo que se ve se trata de alguien extremadamente atractivo/a, alguien fuera de lo común. Seguramente algo de ti le atrajo, por lo cual decides aceptar su solicitud de amistad. ¿Cómo no hacerlo?

Comienzas a interactuar con esta persona y, más allá de la gran atracción física que te genera, te encuentras con una personalidad fascinante, atrapante. Parece mentira. Es la persona soñada.

Pero existe un pequeño problema. Tu ya tienes una hermosa familia formada con pareja, hijos, padres, un muy buen trabajo con compañeros bárbaros. Entonces, ¿qué hacemos?

Listo, sí, procedes a eliminar a esta nueva amistad. Pero no puedes, es más fuerte que tú. Y para peor, al sentir tus dudas, esta persona manifiesta que también se siente extremadamente atraída por ti. Esto es muy fuerte.

Cuando te encuentras en pleno huracán de sentimientos sobre qué hacer y qué no, sucede lo inesperado.

Esta persona comienza a mostrar imágenes suyas íntimas. Y de las imágenes pasamos a los videos. Aumenta el nivel de intimidad de forma desenfrenada.

Es adictivo.

¿Me permitís pincharte el globo? Lamento informarte que has caído en una de las extorsiones más comunes y mortales que existen en internet. Una submodalidad, la más letal, dentro de lo que se conoce como las “Romance Scam” o estafas sentimentales.

Y esta modalidad puede llegar a extremos inimaginables, a las conclusiones más lamentables.

Uno de estos tipos de desenlaces fatales tuvo lugar hace unos pocos días atrás en la provincia de Nueva Gales del Sur en Australia, e hizo recordar al más icónico de estos casos con el peor de los fines, allá por el año 2014 en Glasgow, Escocia.

Este último caso icónico puso en pie de guerra a las autoridades del Reino Unido detectándose el origen del fraude en la provincia de Norzagaray en Filipinas, lo que generó la operación policial combinada internacional denominada “Strikeback”, la más grande existente hasta la fecha contra esta modalidad de acoso.

Veamos que se descubrió…

Norzagaray consta de un entorno rural ya de por sí muy especial, de una condición muy pobre de familias humildes, pero que tenía cosas sacadas absolutamente de contexto a ojos de las fuerzas del orden internacional: la juventud se paseaba por sus calles de barro vistiendo ropa de marcas internacionales, y no falsas. La situación no se condecía en absoluto con el entorno.

Todo tenía una única explicación posible, y es que ese entorno se nutría de fondos provenientes de una maquinaria enorme de extorsión sexual online. Todo el pueblo trabajando para un fin criminal común, una misma organización, bajo el mando de una única cara visible, la pionera en su ramo.

Su nombre es María Caparas, “La Reina del Sextortion”

Ahora ¿y cómo funcionaba este sistema?

El operativo Strikeback permitió desmantelar un extremadamente aceitado proceso extorsivo online, el cual contaba de 7 fases meticulosamente pre establecidas:

Primera Fase: Una integrante de la organización se creaba un perfil falso de Facebook, robando la identidad e imágenes de perfil reales de chicas japonesas, chinas o coreanas, extremadamente atractivas. Cada vez que la titular publicaba una foto en su perfil, una copia de esta era publicada en el sitio falso.

Segunda Fase: La estafadora buscaba en Facebook perfiles de hombres profesionales, con aparente buen pasar, buena posición laboral, y (fundamentalmente) que tuviesen una familia conformada (esposa e hijos), y le enviaban una petición de amistad. Si la víctima aceptaba esa petición, picaba el anzuelo. Ya gran parte del trabajo estaba hecho.

Tercera Fase: La estafadora busca por medio de chats, la confianza de la víctima, estableciendo una relación de aparente amistad que iba meticulosamente evolucionando a algo más. Este proceso podía durar horas, días o semanas, según el nivel de involucramiento de la víctima

Cuarta Fase: La estafadora invita a su víctima a unirse a alguna plataforma de chat/vide, por fuera de la red social, para poder seguir la relación de una manera más íntima. Nota: Seguramente para evitar los propios controles de contenido de la red social.

Aquí, un parate.

Paralelamente a lo detallado, la estafadora creaba su gran arma de ataque. Esta consistía en tomar un video de algún sitio de pornografía, y estudiarse detalladamente todos los movimientos que efectuaba la actriz en el mismo. Si movía la mano y saludaba, si daba un beso, si se trasladaba de un lugar a otro, todos sus movimientos… Todo el video era conocido hasta el más mínimo detalle por la atacante.

Ahora sí, sigamos…

Quinta fase: La estafadora le menciona a la víctima que quiere mostrársele desnuda en video, y a continuación reproduce el video antes mencionado, ya preparado a tal fin. Si durante la reproducción del video la víctima sospecha en algún momento de la veracidad de este, se le indica por parte de la atacante que a continuación se le enviará un beso, un saludo, un movimiento determinado (a sabiendas que existe en el video) y de forma imperceptible para la víctima, se adelanta el video hasta el momento exacto, y se le muestra lo pautado. La víctima nunca llega a detectar la falsedad de lo reproducido.

Sexta Fase: Inmediatamente de finalizada la reproducción del video, se le solicita a la víctima de “devolver la atención” y efectuar una acción similar, debiendo mostrarse en alguna situación íntima. Al ceder la víctima a esta petición, esto es grabado por la atacante y listo, el material es almacenado, y se corta de forma abrupta la comunicación.

Séptima Fase: Ahora si, se desmorona el castillo de naipes. La estafadora da a conocer finalmente su real identidad y le solicita a la víctima el pago de una comisión bajo la amenaza de dar a conocer el contenido del video a esposa, madre, hijos y hasta incluso empleadores y compañeros de trabajo (todos estos datos son recolectados desde en el propio perfil de la víctima en la segunda fase).

Esta situación, de chantaje (solicitando pagos), prosigue de una manera indefinida, independientemente de que pague o no, mostrándosele una y otra vez a la víctima el video, generando con cada reproducción grandes niveles de ansiedad y mayores aún de depresión. Se prosigue en este accionar hasta que la víctima se cansa y deja de pagar (posiblemente por no tener más fondos), lo que ocasiona finalmente que la atacante materialice sus dichos haciendo público el video, no sin antes amenazarlo de forma extrema llegando incluso a recomendarle el quitarse la vida como única vía de escape.

La deshumanización llevada a extremos inimaginables.

María Caparas fue encarcelada y vuelta a liberar, seguramente como producto de vacíos legales, otro flagelo del ciberespacio.

¿Qué enseñanza se puede extraer de tan lamentable episodio? En especial el tener claro que internet es sinónimo de anonimato.

 Internet es al anonimato como anonimato a Internet. Simple. Nunca tendremos la certeza de quién está del otro lado. Educar a los más chicos y a los más grandes en este sentido y generar las capas de escepticismo hacia lo que ocurre en el ciberespacio es vital para nuestra seguridad y la de nuestros seres queridos.

Los monstruos existen, y están ahí, a un par de clics.

Fuente: “The Queen of Sextortion”, The Dark Web